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Capítulo Uno
El Material Básico
Hoy en día ya no es tan fácil hacerse con una lata de tabaco antigua, pero lo cierto es que tienen el tamaño idóneo para una colección de cosas como éstas. Uno de los autores recuerda que una vez llevó un ratón de laboratorio al colegio, pero teniendo en cuenta lo que pasó cuando se sentó encima de él, no nos parece recomendable. Somos de la opinión de que los bolsillos están para llenarlos de cosas útiles.
1. Navaja suiza
Sigue siendo el mejor cortaplumas que hay. Se puede meter en el equipaje cuando se viaja en avión, aunque no como equipaje de mano. Vale la pena ahorrar un poco para adquirir un modelo sofisticado y con muchas prestaciones, con tantas hojas y accesorios como sea posible. Dicho esto, se pueden adquirir buenas navajas suizas por menos de treinta euros. Vienen muy bien para las tareas que requieren destornillador, para sacar astillas y también para abrir botellas de cerveza y de vino, pese a que en esta etapa de la vida esto último quizá no sea una prioridad.
También pueden comprarse con fundas de cuero; las mejores vienen provistas de accesorios como compás, cerillas, lápiz, papel y tiritas.
2. Brújula
Ser propietario de una pequeña brújula produce una gran satisfacción. Pueden comprarse en cualquier tienda de actividades al aire libre, y duran para siempre. En serio, deberías saber dónde queda el norte, estés donde estés.
3. Pañuelo
Son muchos los usos que pueden dársele a un trozo de tela, desde prevenir la inhalación de humo y ayudar a cortar una hemorragia nasal hasta ofrecérselo a una chica para secarse las lágrimas. Los grandes, además, pueden utilizarse para fabricar hondas. Vale la pena llevar uno encima.
4. Caja de cerillas
Ni que decir tiene que hay que comportarse de forma responsable. Unas cerillas guardadas en una lata bien seca o en una bolsa de plástico pueden venirte de perillas en una noche fría en la que te veas forzado a dormir al raso. Mojar las cabezas en cera las hará impermeables. Cuando quieras encender una, retiras la cera con la uña y ya está.
5. Un tirador
Tu canica grande favorita.
6. Aguja e hilo
Con aguja e hilo se pueden hacer un montón de cosas útiles, desde suturarle una herida a un perro inconsciente hasta reparar una camisa rota. Asegúrate de que el hilo sea resistente y de que se pueda emplear para pescar.
7. Papel y lápiz
Te harán falta si presencias un delito y quieres apuntar el número de matrícula de un coche o una descripción. Si no, también valen para hacer listas de la compra o casi cualquier otra cosa.
8. Una linterna pequeña
Las hay pequeñas y ligeras, pensadas para hacer de llaveros. Si alguna vez te encuentras a oscuras y quieres consultar un mapa, una linterna del tipo que sea te resultará muy útil.
9. Lupa
De interés general, también puede emplearse para encender un fuego.
10. Tiritas
Sólo una o dos, o mejor aún, un trozo de esparadrapo que pueda cortarse con las tijeras de tu navaja suiza. Es probable que no las utilices, pero nunca se sabe.
11. Anzuelos de pesca
Si dispones de un hilo resistente y de un pequeño anzuelo, sólo necesitas un palo y un gusano para tener alguna posibilidad de pescar algo. Clava la punta en un trozo de corcho si no quieres acabar teniendo un enganchón con él.
El Mejor Avión de Papel Del Mundo
Durante la década de 1950, el director de un instituto de enseñanza secundaria vio a un alumno arrojando aviones desde una de las ventanas. El director estaba pensando en el castigo más apropiado cuando se fijó en que el avión seguía surcando los aires y había llegado al otro lado del patio de recreo. El chaval se libró del castigo, pero a cambio tuvo que enseñarle a hacer aviones al director, quien a su vez enseñó a hacerlos a sus hijos. Hay modelos más complicados que éstos. Puede que quieran convencerte de que los mejores aviones precisan el uso de tijeras y lecciones de papiroflexia. Tonterías.
El avión de la derecha—el Harrier—es sencillo, veloz y puede fabricarse con una hoja de papel A4. Es el mejor planeador para recorrer distancias largas que verás jamás, y con apenas uno o dos retoques, también el mejor avión de acrobacias. Hasta ha ganado concursos. En uno de ellos, el objetivo era atravesar la calzada entera desde el balcón de un hotel situado al lado del castillo de Windsor el día de Nochevieja. Otros cuatro aviones se estrellaron contra el asfalto, pero éste llegó limpiamente a su destino. El de la izquierda—el Cazador—es un mero dardo, un avión de calentamiento, por así decir. También es un planeador competente.
El Cazador
1. Dobla una hoja A4 por el eje longitudinal para marcar la línea del centro.
2. Dobla dos esquinas de la hoja sobre la línea central, como se aprecia en el dibujo.
3. Dale la vuelta al papel y dobla esas esquinas por la mitad, como muestra el dibujo.
4. Dobla el morro puntiagudo sobre sí mismo. También podrías probar a doblarlo por debajo. Los dos procedimientos dan buenos resultados.
5. Dobla todo el avión longitudinalmente, como indica el dibujo.
6. Por último, dobla las alas por la mitad y habrás completado el Cazador.
Muy bien. Ahora ya conoces un modelo que da muy buenos resultados. Quizá te hayas fijado en el avión del centro del primer dibujo, el que tiene aspecto de insecto. Cierto es que tiene complejos «flotadores» y pliegues invertidos. Con todo, no vuela muy bien, al igual que la mayor parte de los modelos complicados. Nosotros opinamos que eso tiene su importancia. Vale, sí, parecerá una langosta, pero si cae en picado, ¿de qué te sirve?
Éste es, por tanto, el quid de la cuestión: que vuele.
El Libro Peligroso para los Chicos. Copyright © by Conn Iggulden. Reprinted by permission of HarperCollins Publishers, Inc. All rights reserved. Available now wherever books are sold.
Excerpted from El Libro Peligroso para los Chicos by Conn Iggulden, Hal Iggulden
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