El nino nuevo (The New Kid)
El nino nuevo (The New Kid)
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Paperback ©2020--
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Houghton Mifflin
Just the Series: Carver Chronicles (Spanish) Vol. 5   

Series and Publisher: Carver Chronicles (Spanish)   

Annotation: From an award-winning author, another title in a chapter book series featuring African American and Latino boys that's full of kid-friendly charm and universal appeal. De una premiada autora, una interesantísima serie de libros infantiles protagonizados por niños afroestadounidenses y latinos, llenos de esa magia que fascina a los niños y que tiene un encanto universal.
 
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Catalog Number: #6640676
Format: Paperback
Publisher: Houghton Mifflin
Copyright Date: 2020
Edition Date: 2020 Release Date: 09/22/20
Illustrator: Freeman, Laura
Pages: 118 pages
ISBN: 0-358-25199-0
ISBN 13: 978-0-358-25199-6
Dewey: Fic
Dimensions: 20 cm.
Language: Spanish
Reading Level: 4.3
Interest Level: 1-4

Uno

El niño nuevo

Hay un niño nuevo en la Sala Diez. Al menos, Gavin cree que es un niño. Esta persona viste como un niño y lleva una camisa de niño, pero su cabello está recogido en dos trenzas africanas que cuelgan hacia atrás. Es delgado y bajito. Bueno, más bajo que Gavin. Tiene una mirada penetrante. Podría ser una niña, pero definitivamente lleva puesto un jean de varón. Así que es un varón, y ahora está sentado allí, mirando a su alrededor, con la barbilla apoyada sobre la palma de la mano.
      Los alumnos terminan de colocar sus cosas en los casilleros y toman asiento para empezar con el tema del diario de la mañana, "Mi fin de semana". Gavin se pregunta: ¿Por qué el tema de los lunes es siempre "Mi fin de semana"? ¿A la señora Shelby-Ortiz realmente leinteresan nuestros fines de semana? ¿No le alcanza con pensar en su propio fin de semana?
      La señora Shelby-Ortiz va hacia el frente de la clase. Si bien nadie está hablando, se coloca el índice sobre la boca y mira a su alrededor con una expresión alegre y radiante en la cara. ¡Ay, no!, piensa Gavin. Aquí viene otro de sus alegres anuncios en los que la única entusiasmada es ella. ¿Tendrán cinco minutos más para los recreos? Eso sí que sería emocionante. Seguramente les informará que habrá un bufé de ensaladas en la cafetería o algo así. Su mamá se puso muy feliz cuando en su trabajo de la estación de tren incluyeron un bufé de ensaladas en la cafetería de los empleados. Habló sobre el tema durante semanas.
      --Chicos, ¡hoy se incorpora un nuevo alumno!
      Todos los ojos se dirigen hacia el niño que está sentado al lado del escritorio de la señora Shelby-Ortiz. Todos lo miran fijamente. Él los mira fijamente también. La señora Shelby-Ortiz le hace un gesto para que vaya al frente de la clase junto a ella. Lentamente, él se levanta de la silla y va hasta su lado. Se queda parado allí con una mirada inexpresiva y la barbilla levantada. Una expresión rara, piensa Gavin.
      --Les presento a Keops Grundy. Se incorpora hoy a nuestra clase.
      Gavin se queda sorprendido con el nombre. Jamás escuchó que alguien se llamara Keops. Pero sí suena como el nombre de un varón.
      De inmediato, Deja echa la cabez hacia atrás y frunce el ceño. Susurra:
      --¿Qué clase de nombre es Keops Grundy?
      Luego agita la mano para un lado y para el otro hasta que la señora Shelby-Ortiz la mira y le dice:
      --¿Sí, Deja?
      --¿Qué clase de nombre es Keops? --dice, sin más.
      La señora Shelby-Ortiz parece sorprendida. Keops da un paso hacia adelante y dice con voz aguda:
      --Keops es el nombre del faraón egipcio que hizo construir la Gran Pirámide de Guiza.
      Deja frunce más el ceño y mira a Rosario, que está a su lado.
      La señora Shelby-Ortiz dice:
      --Ah... Alumnos, hemos visto las pirámides en el libro que Erik trajo para compartir. ¿Lo recuerdan?
      Los alumnos están en silencio. Gavin recuerda el libro, además ha visto un programa de tele sobre unas pirámides que están en algún lugar lejano. Luego el alumno nuevo vuelve a hablar con su vocecita de ratón.
      --Keops fue, en realidad, el segundo faraón de la cuarta dinastía de Egipto.
      --¡Qué interesante, Keops! ¿Qué tal si nos cuentas más sobre ti? --pregunta la señora Shelby-Ortiz con entusiasmo...
      --¿Qué les gustaría saber?
      La señora Shelby-Ortiz parece un tanto sorprendida. Le responde:
      --Bueno, cuéntanos sobre tu anterior escuela y qué cosas te divierten, tus hobbies... Ese tipo de cosas. ¿Tienes hermanos?
      --Si no le molesta, contestaré primero la última pregunta.
      Algunos niños se miran entre sí.
      --Claro --dice la señora Shelby-Ortiz.
      Keops se aclara la garganta.
      --Bien, no tengo hermanos. Soy hijo único. Tampoco vivo con mi mamá. Ella es artista y vive en una colonia de artistas en Nuevo México.
      Gavin ve que Nikki se ha quedado con la boca abierta. Parece sorprendida.
      --Así que vivo solamente con mi padre. Mi hobby es la lectura. Me interesan todos los temas. Me gusta pensar. Eso es lo que hago para divertirme.
      La señora Shelby-Ortiz avanza unos pasos.
      --¿Y tu anterior escuela? ¿Nos puedes contar sobre ella?
      --He ido a diez escuelas --dice con una ceja levantada--. Mi favorita fue la última. Era una escuela para genios. Todos los alumnos de mi anterior escuela eran genios.
      Llegado este punto, Keops mira a los compañeros de Gavin como si estuviera decidiendo si cada niño es o no un genio. Sus ojos se detienen en Gavin unos segundos adicionales.
      --¡Vaya, vaya! --exclama la señora Shelby-Ortiz--. Una escuela para genios. Confieso que jamás he escuchado sobre una escuela así.
      --Bueno, pero es cierto --dice Keops--. Si no me cree, puede llamar a mi anterior escuela y preguntarles a ellos. Ellos le dirán. Ah... y nací en Suecia, y ni siquiera hablaba inglés cuando llegué a este país.
      --Ah --dice la señora Shelby-Ortiz--. Eso no será necesario, Keops. No es necesario llamar a tu anterior escuela.
      Gavin da una mirada a su alrededor. Deja tiene el ceño todavía más fruncido. Más alumnos muestran el desconcierto en su rostro.
      --Hmmm... Una escuela para genios --repite la señora Shelby-Ortiz. Ella comienza a recoger los libros y el material que él necesitará. Coloca el material en los brazos de Keops y le indica que ocupe el lugar vacío que está al lado de Gavin.
      --Gavin, levanta la mano así Keops sabe dónde sentarse.
      Gavin levanta la mano. Keops se da vuelta y lo mira otra vez. Luego, se encoge de hombros y se dirige hacia la mesa. Gavin intenta ignorar a Keops mientras él coloca sus libros y el diario sobre su escritorio y coloca sus dos lápices nuevos, recién afilados, sobre el escritorio. Los alinea, con cuidado, uno junto al otro.
      Gavin vuelve a su diario y nota que Keops ha abierto su propio diario y, sin dudarlo, ha comenzado a escribir y a escribir como si ni siquiera tuviera que pensar primero ni hacer pausas para pensar un poco más.
      Debe de haber tenido un excelente fin de semana, concluye Gavin. El suyo no fue muy emocionante. Su hermana mayor, Danielle, quien se cree genial porque por fin es adolescente, lo delató por meter debajo de la cama los zapatos, el pijama, el jean sucio y los calcetines, para luego decir que su cuarto estaba limpio. También les contó a sus padres que llevó las últimas Oreos a su cuarto para comer antes de la cena y que estaba jugando con los videojuegos en lugar de leer como se suponía que debía hacer. ¡Qué soplona!
      Todo porque él la había delatado por llevar el teléfono al desayuno y por estar mandando mensajes debajo de la mesa.
      Así que tuvo que limpiar su cuarto y leer durante una hora antes de poder salir a lanzar unos tiros, jugar con su nuevo videojuego o montar su flamante bicicleta nueva para ir hasta la casa de su amigo Richard. Es una BMX plateada y azul. Desde que la recibió como regalo de cumpleaños, la pone afuera del garaje para poder mirar por la ventana y, mientras la contempla, pensar: Esa es mi bici.
      Mientras lucha por escribir todo esto en su diario, continúa escuchando los rápidos trazos del lápiz de Keops en su propio diario. Es casi como si el lápiz de Keops no pudiera ir al ritmo de sus pensamientos. Gavin le echa una mirada. Está encorvado sobre su escritorio con una mirada tensa en el rostro. ¿Qué estará escribiendo?

--Es raro --dice Richard mientras él, Gavin y Carlos van caminando hacia la cancha del cuatro cuadras. Carlos tiene la pelota y va adelante de Richard y Gavin, driblando mientras camina.
      --Muy raro --coincide Gavin.
      --Y no creo que haya ido a diez escuelas. Eso significaría estar cambiando de escuela todo el tiempo.
      --Sí --dice Carlos por sobre el hombro--. Está mintiendo.
      Los tres chicos miran a Keops, quien está sentado en un banco, leyendo un libro. ¡Un libro! ¿Quién lee un libro en el recreo?

Los lunes tienen ciencias al final del día, luego de matemática. Esta semana, los alumnos de la Sala Diez están trabajando en sus sistemas solares hechos con bolas de poliestireno, cuerdas, palitos para pinchos y perchas de diferentes tamaños. Puedes elegir entre colgar las bolas de una percha o colocarlas en los pinchos. Todos están entusiasmados. A los alumnos les encantan las actividades prácticas que hacen en ciencias.
      La señora Shelby-Ortiz vuelve a repetir las reglas relacionadas con la seguridad. Es algo aburrido que hace siempre que están trabajando con materiales: No luchen con los pinchos como si fueran espadas y tengan cuidado con ellos porque podrían lastimarse con las puntas afiladas. Cuidado al pintar las bolas de poliestireno (si se equivocan, no se puede corregir).
      --¿De qué color pintarán la Tierra? --los desafía ella, como para ponerlos a prueba.
      --Casi toda azul por el agua, con algo de marrón para la superficie terrestre --dice Antonia sin levantar la mano ni esperar a que le den la palabra. Gavin nota que Keops mira a Antonia con el ceño un poco fruncido y se pregunta qué está pensando. Keops mira de reojo.
      --¿Y la bola de poliestireno más grande?
      --Amarilla para representar al Sol --responden varios alumnos.
      De repente, Nikki larga un chillido. Salta tan rápido que su silla se da vuelta.
      --¡Una araña! --grita mientras, por algún motivo, se aferra a su propia garganta. Algunas niñas reaccionan de la misma forma: saltan y empujan sus sillas hacia atrás.
      --No tengan miedo --dice con calma la señora Shelby-Ortiz--. No les hará daño.
      --Pero señora Shelby-Ortiz --dice Deja, defendiendo a su amiga--, podría ser una araña venenosa.
      --La mayoría de las arañas son inofensivas --explica Keops a la clase, si bien nadie se lo ha preguntado.
      --La araña violinista... no lo es. ¿Has escuchado hablar sobre la araña violinista? --replica Rosario.
      --También se la llama araña reclusa parda, y por supuesto que he escuchado hablar sobre la reclusa parda --dice Keops con naturalidad.
      --Su picadura puede paralizarte. No podrás caminar ni hablar --afirma Rosario.
      Ante este comentario, esboza una sonrisa.
      --Puede hacer que se te caiga la piel --exclama Richard.
      --No, no es verdad --responde Keops.
      Algunos niños se ríen. La señora Shelby-Ortiz, quien ha estado observando este intercambio, va hasta el escritorio de Nikki y pregunta:
      --¿Dónde está la araña?
      --Se escapó --dice Nikki.
      --Bueno. Volvamos al trabajo. Va hasta la pizarra y dibuja un círculo. En el centro, escribe Sol. Dibuja nueve óvalos concéntricos alrededor de él. Luego hace pasar a la pizarra a los alumnos, uno tras otro, para que dibujen un planeta en uno de los óvalos para que se vea su tamaño y su cercanía al Sol. Todos están ansiosos por hacerlo. Todos los niños de la clase de la señora Shelby-Ortiz adoran dibujar en la pizarra blanca.
      Una vez que el sistema solar está terminado y todos lo contemplan con orgullo, Keops levanta la mano.
      --¿Sí, Keops? --dice la señora Shelby-Ortiz.
      --Señora Shelby-Ortiz, ese sistema solar sería mucho más interesante si pusiéramos a Plutón en la octava posición desde el Sol porque a veces Neptuno ocupa el noveno lugar en relación con el Sol. Verá, la órbita de Plutón alrededor del Sol es elíptica, y a veces, cuando cruza la órbita de Neptuno, está más cerca del Sol que Neptuno. Eso ocurrió por última vez en 1979 --agrega.
      La señora Shelby-Ortiz sonríe como si ya lo supiera, pero no hubiera querido complicar las cosas.
      Para entonces, muchos niños miran a Keops atentamente. Bastante desconcertante había sido saber que Plutón ni siquiera es un planeta común. Que se trata de un planeta enano, es decir, que es demasiado pequeño para ser un planeta común. Ahora debían imaginarse a Neptuno sustituyéndolo en las órbitas.
      --Muy bien, Keops. Me has sorprendido --dice la señora Shelby-Ortiz, y él parece todavía más engreído.



Excerpted from El ni?o Nuevo: Cronicas de la Primaria Carver, Libro 5 by Karen English
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Gavin is sad that his friends next door are moving away, especially when he realizes that Harper, the biggest bully at Carver Elementary, is moving in! Meanwhile, competition at the school science fair is heating up, and Calvin must decide what to do when his data doesn’t prove his theory. Can Calvin avoid trouble with Harper and still win the science fair?

Gavin y sus amigos no saben bien qué pensar de Keops, su nuevo compañero de clase. Es indudable que no actúa como los otros niños ni se les parece... ¡y ellos sospechan que se ha robado la bici de Gavin! Mientras tanto, Myrtle, la tía abuela de Gavin, está nuevamente de visita, y Gavin está seguro de que se pondrá del lado de su hermana para mandonearlo todo el tiempo. ¿Sobrevivirá Gavin a la tía Myrtle? ¿Podrá entender qué es lo que realmente ocurre con el niño nuevo?


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